La escultura que ocupa la rotonda donde culmina 'El Paseo de las Estrellas' de la playa de l’Albir, ha sido concebida pensando en un símbolo que acercara a las distintas culturas. Su población está compuesta por personas de nacionalidades muy diversas superando el 55% del total.
Me decanté por una figura que fuera plásticamente atractiva y de fácil acceso, a fin de que el espectador pudiera acercarse y sentirla como propia, cosa que con el tiempo se ha podido constatar como positiva. Generalmente es respetada y no hay quien deje de hacerse una fotografía de recuerdo en contacto directo con la obra.
Concebí el ancla como un elemento con simbología doble, que en el caso de L’Alfàs adquiere un particular sentido. El ancla es el primer elemento que 'fondea' allí donde el viajero decide asentarse, y el hecho de permitir su permanencia, genera un respeto que le confiere la facultad de actuar como elemento central o catalizador, alrededor del cual se establece el encuentro entre el viajero y el poblador. A mi entender, factor importantísimo en la evolución de las culturas mediterráneas.
Por una parte el deseo de saber que nos ofrece el lugar elegido, y por la otra, el ansia de saber que nos aporta el viajero. Por consiguiente consideré el ancla 'Asentamiento', como un símbolo representativo del espíritu de acogida, característico de los pobladores autóctonos de L’Alfàs del Pi.
Posteriormente concebí la colección 'LAZOS', obras en hierro forjado con proyección monumental, inspiradas en los nudos marinos, como elementos complementarios de la obra 'Asentamiento', tomando como punto de partida el argumento y metáfora siguientes:
- ARGUMENTO:
'El desgarramiento producido por los desplazamientos forzados y los silencios impuestos, hace que el ser humano llene sus alforjas con elementos de las distintas culturas de las que ha formado parte, creando símbolos, en algunos casos valiéndose de un lenguaje silencioso, que reflejan vivencias a compartir y le vinculan con sus semejantes. Lazos que actúan de nexo cultural entre los distintos fragmentos de su existencia'.
- METÁFORA:
'Gentes del mar. Así les llamaban. Transportaban con ellos un gran ancla, mientras tejían pacientes, idílicos mapas en busca de un lugar donde les permitieran fondear. Aquella “áncora” era su historia, su cultura, sus recuerdos, sus esperanzas, todo.
Las familias crecían, por lo que decidieron fundar pueblos a su paso y que, a fin de mantener un lazo permanente entre todos, surgiera un nudo implacable como símbolo de sus deseos de paz.
Se asentaron al fin, todos; niños y viejos, madres, gentes de la tierra, del aire y del mar y desde entonces, alrededor de aquella enorme áncora, cada 333 lunas convergen personas procedentes de los cuatro puntos cardinales, con sus particulares señas de identidad. Allí departen, dividen para multiplicar y comparten.
Son tantos los pueblos pacíficos que surgen, que las variantes sobre los nudos originales se tornan infinitas'.
Jorge Castro