CUANDO LAS FORMAS HABLAN

Hay escultores que luchan por recrear con paciente minuciosidad la realidad aparente de los hombres y las cosas y otros que, volviéndole a esa realidad, se entregan a la creación de una nueva armonía plástica, basada en un inteligente juego de volúmenes y formas que alcanzan, en ocasiones, una inusitada hermosura. Pero existe otro importante grupo de artistas –con tan notables antecedentes como Pablo Gargallo o Picasso que luchan por darle forma y presencia a la vida, trasladando al bronce la angustia y la alegría de vivir dentro de un  expresionismo figurativo pleno de fuerza y belleza.

A este grupo pertenece Jorge Castro Flórez, excelente escultor español formado en América, cuya obra, hasta en las piezas de menor tamaño, posee un carácter de monumentalidad.

Un compromiso ético y social impregna su conmovedora expresión artística en la que el ser humano es el protagonista de la historia y en la que existen resonancias de tragedias griegas y danzas olvidadas.

Su continuada presencia en las Ferias Internacionales de Innsbruck, Salzburgo, Frankfurt o Dusseldorf, y sus reiteradas exposiciones en Montreal, Viena, Newcastle, Ottawa, Quebec, Roermond o París no le han impedido mostrar sus esculturas en España, siempre acompañadas por el éxito.

Jorge Castro Flórez es un artista comprometido con su tiempo, al que le hiere la injusticia social, la desesperanza y el fracaso del hombre. Un artista que entremezcla en su obra un desgarrado grito de protesta y un susurrante poema de amor.

Mario Antolín Paz
Presidente de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte

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