Desde un sufrido 27 de junio de 1973*, aquel viejo reloj se había acostumbrado a acertar en cualquier momento del día, la hora exacta. No producía ni la mas mínima alteración de las pupilas, salvo en ciertas personas de avanzada edad, tocadas de alzheimer, artrosis, arteriosclerosis y otros beneficios que les facilitaba el seguir con vida y para quienes aquella hora; —aunque las agujas durmieran permanentemente en vertical sobre el 6— en cualquier momento del día, era 'el momento', las 13:15.
Como un escupitajo en el tiempo, las inmóviles agujas, parecían ser el inesperado detonante que aceleraba peligrosamente las pulsaciones de los decrépitos vestigios de excombatientes que, con sus miradas extravenadas, causaban el pánico en toda la residencia, a pesar de que el almanaque, también riguroso, les había posicionado con esmero en la vitrina del oscuro pasado —para no olvidar—, luciendo importantes condecoraciones obtenidas en el riguroso escalafón que rige en el seno de Las Brigadas Seniles**. Además, gozaban también por parte de una 'minoría selecta' del calificativo de 'abuelitos ejemplares'.
Paralelamente, siempre metódicas e implacables; ellas, las moscas; también organizaban su vuelo ritual con la paciencia de los vencedores, sabedoras de ser las primeras herederas comiéndoselos a todos.
Jorge Castro
* Fecha del golpe militar en Uruguay
** Las Brigadas Seniles es una fantasía personal. Por el momento.